Marcos
Salgado/Solidaridad con Venezuela
Caracas, Venezuela sigue en cuarentena por el COVID-19. Entra ya en la quinta semana
de una medida temprana, respecto a otros países del continente. Una reacción
rápida que parece, hasta ahora, haber dado resultado. Las cifras oficiales al
domingo muestran 181 casos, con 93 pacientes
recuperados y nueve fallecidos.
Además, se verifica una progresión muy lenta del contagio, muy lejos del
crecimiento disparado del virus en Estados Unidos e incluso de dos vecinos de
Venezuela, como Colombia y Brasil, que ya es el país centro de la pandemia en
América Latina, con más de 20 mil casos y más de mil 100 fallecidos.
Incluso el avance del nuevo Coronavirus en Sudamérica trajo otro fenómeno: la
vuelta apresurada de miles de ciudadanos venezolanos por la frontera con
Colombia, procedentes de ese país y del Ecuador, escapando del avance del
virus, que multiplicó los casos de xenofobia y discriminación. Claro está que
los medios que tanto hablaron de la salida masiva de venezolanos, ahora, no
muestran el fenómeno inverso.
Además de una situación hasta ahora controlada en esta crisis del COVID-19,
Venezuela puede mostrar también sus acuerdos internacionales, lo que le
garantizaron medio millón de pruebas rápidas compradas a China, mientras está
en camino toneladas de ayuda de Rusia, e incluso de Naciones Unidas. Y también
donó a los países del Caribe pruebas para que puedan detectar el virus en sus territorios
e impedir que se propague.
Pero las noticias alentadoras en Venezuela están siendo opacadas por un
horizonte sombrío, el que viene del norte, en el Mar Caribe, donde según
anunció el presidente estadounidense Donald Trump se desplegará un dispositivo
naval para enfrentar el tráfico de drogas, que -inventan ellos- proviene de
Venezuela.
Ya sabemos que la acusación contra el Estado venezolano por promover el
narcotráfico es un invento que no está sustentado en estudios en materia de
tráfico de drogas. Pero EEUU apenas comienzan a vivir el drama del COVID-19, y
de la peor manera: ya tienen casi 560 mil contagios, y más de 21 mil muertos,
la progresión es exponencial y ya es el país con más muertos, superando a
Italia y a España.
Ciertamente, una crisis en pleno año electoral, que puede acelerar los planes
de EEUU contra Venezuela. Sobran los ejemplos históricos de cómo Washington
desvía la atención sobre sus propios problemas buscando enemigos fronteras
afuera.
¿Tendrá que ver con esto la decisión de Washington de apartar al autoproclamado
presidente interino (quien toca el piso de su credibilidad) Juan Guaidó del
centro de la escena, proponiendo una transición que -se sabía- sería rechazada
por el gobierno de Nicolás Maduro?
Las amenazas de Trump vinieron también a sabotear una negociación entre el
gobierno y la oposición, incluso con algunos sectores intransigentes, que
buscaba generar las condiciones para unas elecciones parlamentarias con
participación de todos los sectores en el segundo semestre de este año.
A esto hay que sumarle los planes fracasados de ingresar armas a territorio
venezolano desde Colombia, por parte de un ex general venezolano que ahora ya
está en EEUU y una situación cada vez más tensa en la frontera
colombo-venezolana.
Marcos Salgado: Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur.
Corresponsal de HispanTv en Venezuela. Analista asociado al Centro
Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
tomado de: https://www.alainet.org/es/articulo/205859
