Ernesto Martínez Elorriaga/Noticias y Debate M3
Morelia, Mich., 7 de febrero.-A nivel de rumor y amarillismo bruto se ha expandido la noticia sobre mujeres levantadas o secuestradas en la Ciudad de México y otras partes del país. Como si se tratara de una campaña masiva del crimen organizado.
Por supuesto que se trata de información que debe alarmar a la sociedad, pero no a través del morbo, si no de hechos veraces que ocurren en México sobre todo durante la última década. Más de 3 mil mujeres son asesinadas en un año en todo el país.
En el caso de Michoacán, sobre decir que hace una década el promedio de mujeres asesinadas era de 50 anualmente. En 2018 fueron contabilizados 134 homicidios, a pesar de que en junio de 2016 se declaró alerta de género en 14 municipios con mayor incidencia.
Este martes en la noche fue detenido el presunto asesino de la niña Yoselyn M.V., de 11 años de edad, quien fue localizada muerta este martes en la mañana en una vivienda de la colonia Rubén Jaramillo, municipio de Morelia, ubicada en la salida a Zinapécuaro. El presunto responsable es Silvestre de Jesús V, hermano del padrastro de la víctima.
La menor desapareció el pasado 4 de febrero, a las 15:30 horas, cuando se encontraban en una fiesta en la colonia José Vasconcelos, municipio de Tarímbaro. Sus familiares dieron parte de inmediato a las autoridades. Tras una investigación, la policía ministerial encontró a menor que había sido asesinada por asfixia, además presentaba huellas de violación.
Este miércoles en la ciudad de Uruapan fue localizada en una casa en construcción, una joven de 25 años ultimada con arma de fuego. Con este homicidio, suman 13 en lo que va del año en Michoacán.
Más que alimentar el morbo, se requiere de una nueva cultura en México; de combatir eficazmente el narcotráfico y frenar el consumo de drogas en todo el país, porque no hay un solo pueblo donde no haya compra-venta de estupefacientes. Vivimos en ´plena descomposición social, en la degradación más penosa donde se combina la pobreza, el crimen y un enorme mercado a favor de la violencia, que desgraciadamente alimentan medios masivos de comunicación como la televisión y el cine.
Hay mucho por hacer sobre este tema, y si se quiere apoyar una verdadera transformación se debe comenzar desde arriba, aunque hay que reconocer que es muy difícil porque las televisoras representan un enorme poder, y si la violencia y el sexo aseguran un elevado rating no importa que se alimente de basura la mente humana.